Hoy la ministra de trabajo nos invita a «Sumar». Pero ¿sumar a quién y para qué? Es un insulto a la inteligencia que, en el primer discurso de su nuevo proyecto, Yolanda presuma precisamente de haber derogado esa reforma laboral de Rajoy que no ha derogado.
No es solo mentir, sino también tomarnos por tontos y reírse de todos los trabajadores que en España siguen siendo despedidos cada día por 20 y 33 días de indemnización por año trabajado.
Podría explicar que no le dejan derogarla, que la UE es una camisa de fuerza, que eso prueba que no hay democracia o lo que sea, para que la gente vaya tomando conciencia… pero no lo hace. En lugar de eso, cháchara abstracta: la ilusión, la unidad, la sororidad… pero no se lanzan medidas concretas. O, si acaso, se deja caer que la actual situación se arreglaría con impuestos progresivos.
Necesitamos un proyecto que le diga al pueblo: ¿la luz está cara, las hipotecas aprietan? La solución está inventada hace mucho y es nacionalizar las eléctricas y la banca.
Una vez más, se demuestra que para saber sumar hay que saber restar. Y para sumar por un cambio real habrá que saber restar estos simulacros de la progresía.