La Fórmula 1 ha anunciado este miércoles la cancelación del Gran Premio de la Emilia-Romaña debido a las graves inundaciones que han azotado la región italiana en los últimos días. El ciclón ‘Minerva’ ha causado estragos, lo que ha hecho imposible la celebración segura del evento.
La sexta prueba del Mundial, que se iba a disputar este fin de semana en el circuito de Imola, ha sido cancelada tras conversaciones entre la Fórmula 1, el presidente de la FIA, las autoridades competentes, incluyendo los ministros pertinentes, el presidente del Automóvil Club de Italia, el presidente de la región de Emilia-Romagna, el alcalde de la ciudad y el promotor.
Según un comunicado de los organizadores, la decisión de cancelar el evento se tomó «porque no es posible realizar el evento de manera segura para la afición, los equipos y el personal». Además, señalaron que sería irresponsable presionar más a las autoridades locales y a los servicios de emergencia en este momento de crisis.
Las inundaciones, que han provocado la evacuación de pueblos de la región y el desbordamiento del río Santerno, próximo al circuito, han anegado partes del recinto, que tuvo que ser evacuado el martes. Los trabajadores de los equipos recibieron la orden de no acudir este miércoles al circuito, lo que hizo evidente que la cancelación del evento era inevitable.
El presidente y consejero delegado de la Fórmula 1, Stefano Domenicali, expresó su solidaridad con las víctimas de las inundaciones y las familias y comunidades afectadas, y afirmó que la decisión de cancelar el Gran Premio es «la correcta», ya que la seguridad es primordial y no se debe crear una carga adicional para las autoridades mientras se ocupan de la situación.
El presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, también hizo hincapié en que la seguridad de todos los implicados y la recuperación de la zona son la «máxima prioridad en estos momentos».
El vicepresidente italiano, Mateo Salvini, había instado a la postergación del Gran Premio en su cuenta de Twitter, señalando la necesidad de centrar todos los esfuerzos en la atención a la emergencia.