Aunque pueda parecer que la evolución de la inteligencia artificial no ha sido tan drástica como hubiéramos imaginado hace dos o tres decenios, lo cierto es que los avances han sido considerables.
Si pensamos en la inteligencia artificial en forma de robots, como precisamente nos la imaginábamos en el pasado, probablemente, los avances alcanzados hasta ahora no terminen de cumplir con aquellas expectativas. Sin embargo, si pensamos en la domótica, por ejemplo, la cosa cambia.
A grandes rasgos, denominamos domótica a todo sistema capaz de automatizar una vivienda o un edificio de cualquier tipo. Generalmente, estos sistemas están relacionados con la gestión energética, el bienestar y la comunicación de quien los usa.
En la actualidad, un porcentaje muy elevado de personas tienen en casa algún dispositivo relacionado con la domótica, cuando no se trata de cocinas automatizadas, hablamos de sistemas de seguridad que envían vídeos en tiempo real a nuestros dispositivos móviles, aspiradoras que hacen el trabajo sucio mientras estamos en el trabajo o dispositivos que apagan o encienden la luz y nos ponen nuestra canción favorita.
Ocurre también con diferentes tipos de dispositivos tecnológicos como drones, que ya llegan a ser capaces incluso de distinguir entre personas vivas o muertas, e incluso existen a día de hoy dispositivos capaces de predecir emociones humanas.
En estos ámbitos parece que la inteligencia artificial sí está a la altura de nuestras predicciones pasadas.
La domótica sí está al nivel de nuestras predicciones.
Unsplash, CC0 1.0
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En la actualidad, además, la inteligencia artificial constituye una parte importante del sector del entretenimiento, especialmente en lo que respecta a su implementación digital. Por ejemplo, en el caso de las apuestas deportivas, las cuotas se consiguen mediante el análisis de una gran cantidad de datos, eso que se suele denominar “big data”; y, recientemente, se han implementado juegos de casino en los que podemos, en lugar de jugar directamente, apostar, según unas cuotas que se rigen por parámetros similares. De forma que, en lugar de jugar apostando, podemos apostar a favor o en contra de los participantes. Es recomendable, sin embargo conocer la diferencia entre jugar al azar y apostar antes de adentrarnos en el sector.
Algo similar ocurre en el mundo del deporte, donde la inteligencia artificial y el big data se han convertido en un parte fundamental de cómo los aficionados disfrutan de su pasión (en las páginas de información donde consultamos las estadísticas de un equipo o de un jugador en concreto o en la información que ofrece un determinado canal cuando emite un partido o una competición) pero también en una manera de evaluar la situación por parte de los profesionales, ya sean entrenadores, empresarios dueños de un club o seleccionadores, todos ellos tienen a su disposición una ingente cantidad de datos que les ayudan a tomar decisiones más fundamentadas.
En cualquier caso, este tipo de avances tecnológicos que vienen del mundo digital están por todas partes en el sector del ocio y del entretenimiento: desde la manera en la que se emite determinado programa de televisión, hasta la forma en la que se graba; y lo mismo ocurre con todo tipo de eventos, en los que la forma en la que se tiene de crear el contenido y de disfrutarlo ha cambiado radicalmente durante los últimos años, ofreciendo una calidad muy alta que pue disfrutarse desde cualquier lugar en la palma de una mano.
Cabe esperar que este avance, esta simbiosis entre entrenamiento e inteligencia artificial, siga incrementándose durante los próximos años. Solo nos queda esperar que nos depara el futuro.
Ulises Lima
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, tecnología que suma.