En una tarde calurosa de este mes de junio nos encontramos cerca del mítico Parque del Retiro en Madrid. Nos encontramos con Raquel, una trabajadora del hogar. Ella nos comenta que ha trabajado en otros sectores pero que a partir del nacimiento de su único hijo hace ya 25 años empezó el trabajo como empleada del hogar con un horario de tres horas diarias por diferentes domicilios. Raquel se decidió por este trabajo porque así podía conciliar su jornada laboral con la de cuidar de su hijo y poder realizar las tareas de su hogar. Su marido trabaja entre 12 y 14 horas diarias como conductor de un taxi.
Raquel, cuéntanos sobre tu trabajo y como os estáis organizando.
Mi sector es uno de los más precarios porque prácticamente no existen derechos laborales, no pertenecemos al Régimen General de la Seguridad Social y estamos excluidas del Estatuto General de trabajadores. Por este motivo hasta hace unos días no teníamos un convenio que nos avalara como al resto de sectores y como consecuencia hasta ahora no hemos tenido derecho a cobrar el paro en caso de despido. En plena pandemia muchas fueron despedidas y no consiguieron cobrar el subsidio por desempleo a pesar de las promesas del gobierno de Sanchez. Muchas de estas trabajadoras tuvieron que acudir a las colas del hambre para poder alimentar a sus familias.
Otro problema grave que tenemos es que la mayoría de las trabajadoras no estamos dadas de alta en la Seguridad Social por tanto no tenemos derecho a vacaciones ni a bajas laborales. Te pueden despedir sin motivo alguno y sin cobrar indemnización. Además en su mayoría son mujeres migrantes llegadas de otros países huyendo de las miserias , y cuando cruzan nuestras fronteras con la esperanza de alcanzar una vida mejor se encuentran con más miseria. Su única tabla de salvación es el trabajo como interna viviendo dentro del domicilio, compartiendo el mismo espacio durante 24 horas con los empleadores que las explotan y las esclavizan sin apenas descansos. Muchos de estos empleadores no les hacen contrato de trabajo y permanecen durante años de forma ilegal en nuestro país, con todo lo que conlleva ser ilegal en un país como el nuestro. Por este motivo una de las exigencias fundamentales de nuestro sector es la derogación de la racista ley de extranjería.
Poco a poco empezamos a entender que la única manera de acabar con esta explotación era organizándonos y luchando todas juntas. A día de hoy existen muchas asociaciones y colectivos diferentes a pesar de las dificultades por las propias características del trabajo, porque es un trabajo que se realiza de forma individual en diferentes domicilios particulares y distintos empleadores y no existe un centro de trabajo donde las trabajadoras nos podamos reunir en asambleas y tomar decisiones. Pero tal era la necesidad de organizarse para luchar contra toda esta precariedad y por la experiencia de muchos años sabemos que no podemos confiar en que ningún gobierno supuestamente progresista con sus medidas y sus reformas quieran realmente dar solución y acabar con la precariedad de cualquier sector. como lo hemos visto con la Kellys o las compañeras del servicio de ayuda a domicilio. Por nuestra parte despues de años de lucha hemos conseguido una victoria importante: la ratificación del convenio 189 de la OIT, que se ha aprobado en estos días en el Congreso de los Diputados.
Ahora que lo comentas, estaréis orgullosas de lo conseguido tras tantos años peleando por este convenio y por fin lo habéis conseguido, además algunas compañeras de distintos colectivos fueron recibidas por la ministra de trabajo Yolanda Diaz. ¿ Cual es tu opinión al respecto?
Claro, por supuesto que estamos muy contentas que hayamos logrado la ratificación del convenio 189, pero esto no significa que sea el final de nuestra lucha, queda muchísimo por hacer, entre muchas reivindicaciones exigimos la derogación de la actual ley de extranjería que priva de derechos a las hermanas migrantes, acabar con el trabajo interno de 24 horas, pedimos inspecciones de trabajo para que todas las trabajadoras estén dadas de alta en la Seguridad Social para impedir así que nadie sea ilegal en nuestro país, y además que se nos incluya en el Régimen General de la Seguridad Social. Con esto queremos poder cobrar el paro sin problema y cuando lleguemos a la edad de jubilación disfrutar de una pensión que te permita vivir dignamente. Como verás, nos queda un largo recorrido de lucha.
En mi caso, además estoy organizada en la agrupación de mujeres Pan y Rosas y hemos apoyado a otros colectivos de trabajadoras como las Kellys o las trabajadoras a domicilio SAD. Conozco bien estos conflictos, tenemos mucho en común y te puedo asegurar que a ninguno de estos sectores les beneficia la reforma laboral aprobada por la ministra de trabajo Yolanda Diaz, diseñada a medida para beneficiar a los empresarios y prácticamente en nada a las trabajadoras. Aunque pretendan colarnos que el objetivo principal de esta reforma sea acabar con la temporalidad, esto no significa que se acabe con la precariedad de las trabajadoras. Como sabrás, por ejemplo las trabajadoras del SAD permanecieron acampadas durante casi un mes en noviembre, esperando que la ministra Yolanda Diaz las recibiera y escuchara sus reivindicaciones y la ministra las ninguneó mirando para otro lado.
Y sin embargo ahora sí ha recibido a compañeras tuyas, ¿qué crees que ha podido cambiar?.
Si claro, ahora a la ministra le interesa aparecer con los sectores mas feminizados y precarios para salvaguardar su imagen de ministra feminista y política preocupada por la falta de derechos laborales de algunos sectores, esto ha cambiado porque recién ha comenzado su campaña electoral de cara a las elecciones generales lanzando su plataforma ´SUMAR´, de ahí que recibiera a mis compañeras, pero como te comenté al principio no podemos confiar en los gobiernos supuestamente progresistas. Solo a través de nuestra organización y lucha podremos cambiar las cosas.